domingo, 30 de agosto de 2020

Historia de dos ciudades

Algunas notas sobre dos ciudades y 

sobre la calidad de las instituciones.


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“Historia de dos ciudades”, más conocida con su título original “A Tale of two cities” es una novela del escritor Charles Dickens que describe maravillosamente algunos acontecimientos en los albores de la Revolución Francesa, y cuyos escenarios principales fueron Londres y París. Además de haber descrito con crudeza los hechos vinculados a la revolución, Dickens dibujó retratos de dos ciudades con notorios contrastes. Salvando las diferencias, tomé el título de aquel libro para intitular este breve artículo con el fin de graficar sucintamente dos ciudades que pude visitar hace ya un tiempo. Ambas son capitales estaduales; ambas se sitúan en el país más influyente del mundo en el último siglo; pero ambas denotan grandes diferencias en cuanto a su desarrollo económico e institucional, por lo menos en las últimas décadas. 

"Dickens dibujó retratos de dos 
ciudades con notorios contrastes.."

En el año 2006, a través de la beca IVLP del Departamento de Estado de Estados Unidos, por intermedio de la prestigiosa Fundación Universitaria del Río de la Plata, pude visitar ese gran país del norte de nuestro continente. Con la expectativa de un joven economista, soñaba explorar algunos rasgos de la cultura, la política, la sociedad y la economía de la gran potencia. Dentro de la agenda del viaje teníamos la chance de conocer varias ciudades, entre ellas, la ciudad de Austin (capital del estado de Texas) y la ciudad de Harrisburg (capital del estado de Pensilvania). Debo confesar que previo al desembarco en aquel país no conocía demasiado sobre los números de dichas ciudades, pero lo que fui descubriendo con el correr de los días llamó mi atención en grado sumo.

La primera ciudad que visitamos fue Austin. A primera vista aprecié una ciudad pujante, con orden y pulcritud, con nuevas edificaciones y un aire de crecimiento muy evidente. Visitamos el town hall o alcaldía, nos entrevistamos con algunas autoridades municipales (entre ellas con el alcalde Will Wynn) y pudimos conocer de primera mano la visión de sus líderes comunales. 


El acceso a los números de la ciudad me proporcionó de inmediato una idea: estábamos visitando una de las ciudades de mayor crecimiento económico y poblacional de los Estados Unidos. Una de las cosas que más capturó mi atención fue que la alcaldía y el consejo deliberante se encontraban en un moderno edificio cuyos ventanales dejaban a la vista de los transeúntes casi todo el interior. Por ejemplo, una persona que caminara por la vereda podría apreciar si el consejo de la ciudad se encontraba sesionando. Todo un diseño pensado para enarbolar los conceptos de Government transparency y open office. Los anfitriones nos dieron cuenta de algunos aspectos que caracterizaban esta política de transparencia gubernamental: por ejemplo, los ciudadanos podían acceder a los informes de comisiones, saber fecha y lugar de las reuniones de sus miembros y con quiénes se reunían; el consejo estaba abierto a la participación de los ciudadanos; todos los proveedores y funcionarios debían hacer la correspondiente declaración de conflicto de intereses y los lobistas debían estar oficialmente inscriptos. En aquel momento, la ciudad contaba con un departamento de Desarrollo Económico que centraba sus esfuerzos en promover las actividades culturales, la expansión de negocios existentes, la creación de incentivos que permitieran la atracción de nuevos emprendimientos, la promoción del turismo, música, entretenimiento y el apoyo de pequeños negocios incipientes. No era casualidad que Austin ostentara la fama de ser la “capital de la música en vivo”.

Luego de un par de semanas arribamos a la ciudad capital de Pensilvania: Harrisburg. El primer lugar que visitamos fue el capitolio, sede del poder legislativo del estado. Se trataba de un palacio centenario que ostentaba una opulencia envidiable, claro y evidente signo de una época de riqueza de un tiempo pasado.

Fuera del impresionante capitolio, la ciudad mostraba menos actividad en sus calles. En términos relativos, esta urbe tenía mucho menos color y pulcritud que Austin, la cantidad de homeless (personas sin hogar) era notoria y muchos negocios tenían sus ventanas cerradas con carteles “out of business”. Ese primer vistazo me dio algunas ideas intuitivas sobre la situación socioeconómica, que luego fueron corroboradas con la contundencia de las estadísticas: una tasa de desempleo superior a la media nacional; tasas de crecimiento poblacional negativas desde los años ’70; una de las tasas de crecimiento económico más bajas del país; el indicador de pobreza marcaba que uno de cada cuatro habitantes era pobre. Los números hablaban por sí solos. Tuvimos el honor de ser recibidos por el alcalde de aquel entonces, el señor Stephen Reed, junto a algunos miembros de su equipo y nos obsequió a cada uno un ejemplar del presupuesto de la ciudad (impreso en unas 400 páginas). Otro souvenir que nos regaló fue una pintoresca tasa con el logo de la ciudad y su nombre estampado en la misma. El señor Reed cumplía ya veinticuatro años como alcalde y manifestaba su intención de continuar sirviendo a la ciudad por un tiempo más. La prensa de aquellos días daba cuenta de acusaciones de corrupción en contra de aquella administración comunal. Luego de ver semejantes contrastes con Austin no pude más que comenzar a imaginar preguntas y posibles respuestas…  ¿Qué podría haber transformado a la pequeña Austin en una de las ciudades capitales de mayor crecimiento en los últimos lustros? ¿Qué podría haber provocado la decadencia de la otrora opulenta Harrisburg?


Fue allí cuando recordé las clases de Historia Económica de los profesores Roberto Varo y Luis Coria. En los claustros universitarios pasamos horas apasionantes indagando sobre los conceptos de la “Nueva Economía Institucionalista”. Esas ideas me ayudaron a elucubrar algunas posibles respuestas a los interrogantes planteados. En efecto, las instituciones económicas y políticas, y la instalación de una estrategia de desarrollo como política de estado podrían ayudar a explicar por qué dos ciudades capitales, del mismo país, podían tener desarrollos tan divergentes. Y ya que menciono la palabra "instituciones" es menester recordar que ese término no aplica a “organizaciones” solamente. El concepto abarca diversos aspectos de la organización de una sociedad:  las reglas de juego formales e informales, la generación de incentivos a la iniciativa privada, la política tributaria, la visión de los principales esquemas legales y económicos, la organización de las instituciones civiles y sociales e incluso la transparencia y el accountability de los funcionarios de gobierno. Algunos de estos conceptos fueron abordados por economistas galardonados con el premio Nobel, tales como Ronald Coase, Douglas North, Elinor Ostrom, entre otros. En estricto rigor, para poder contestar a los interrogantes sobre el desarrollo económico de cualquier lugar es necesario realizar estudios más profundos y con fundamentos científicos. Pero intuitivamente, y con la impetuosidad de un joven economista, me permitía inferir que el crecimiento económico de aquellas ciudades y la calidad institucional de las mismas podían estar altamente correlacionadas.

Volviendo a mi país, luego de haber visitado otras ciudades más, me preguntaba: ¿qué lecciones podemos aprender? ¿Qué vínculos podemos encontrar entre la calidad institucional y el desarrollo de las regiones de nuestro país? Y si extrapolamos estos conceptos a la nación entera ¿podríamos explicar las épocas de crecimiento y decadencia de nuestro país a la luz de sus instituciones? ¿Y en vistas de la situación actual de las instituciones argentinas (gobiernos, justicia, régimen impositivo y laboral, derechos de propiedad, respeto de las reglas de juego, previsibilidad y transparencia en los actos de gobierno, organismos de control de los bienes públicos, etcétera) podríamos vaticinar el desarrollo de Argentina en los próximos años? Les dejo a mis distinguidos lectores estas inquietudes; quizás ustedes puedan llegar a sus propias conclusiones.

 

Lic. José D. Atencio

Mat. Prof. 03-041

CPCE Mza

 

 

 

5 comentarios:

  1. exelente escrito, me da tanta pena nuestra bella Argentina y lo que estamos viviendo, enfrentando... a diario me pregunto como podremos revertir todo esto,como podemos ayudar desde el lugar que nos toca....dificl nuestra Argentina de hoy con nuestras instituciones y funcionarios decadentes....

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    1. Estimada Eleodora, muchas gracias por tu comentario. Sería necesario prestar atención a la importancia de nuestras instituciones. Por ejemplo: la moneda nacional; cumplir con la disposición transitoria de la Reforma Constitucional 1994 sobre la coparticipación de impuestos, etc. Y ni hablar sobre los derechos de propiedad. En fin, tengo esperanza de que algún día despertaremos. ¡Gracias por tus comentarios!

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  2. Excelentes observaciones y muy propicio para nuestro paía

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  3. El Señor Luis Bohm me hizo llegar un comentario muy válido sobre el artículo y con su expreso permiso, voy a reproducir textualmente a continuación:
    "Estimado José, leí tu artículo y me pareció interesante. No obstante hay razones estratégicas superiores que correlacionan mejor el desplazamiento de las inversiones hacía Texas en las últimas 3 décadas y en especial a Austin, más relacionadas con la hegemonía política de la corporstocracia americana, el petróleo y la energía. Amén de que ciudades como Harrisburg, y otro cemyemar de ciudades del norte de USA sufrieron las consecuencias de la caída del comercio y los cambios de rutas internas y la crisis del acero en toda la región norte y centro de USA (Milwaukee, Chicago, Pittsburgh, etc.)
    Yo me.inclino más hacía la teoría del desarrollo , y destacó los trabajos de Boisier, de análisis comparativo de zonas o regiones muy parecidas y el análisis de los "diferenciales" de desarrollo, ya sean por capital humano o por capital social (dentro de esta categoría entran varias variables institucionales por vosemcionafad ) . Te recomiendo los trabajos de Boisier , son muy interesantes incluso investigó el caso Mendoza/San Juan y la cuenca lechera de Santa Fe y Córdoba para la Argentina Sus conclusiones son muy interesantes . Solo adelanto que el grado de organización de la comunidad en inspecciones de cauce, cooperativas y pymes, y su actitud de cooperación (colaboración en contextos de competencia ) son las variables más relevantes para explicar desarrollos diferenciados con similares stoks de capital y condiciones geopoñoticad. Saludos"

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